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Bert Pacas, corresponsal de guerra imprevisto

Humberto “Bert” Pacas llegó a San Francisco en 1953 a los ocho años de edad junto a su hermano menor Roberto y sus padres, Humberto y Ángela. Su padre fue director de la Orquesta Sinfónica de El Salvador, pero ese año había sido separado del cargo que ocupaba desde 1940 y fue contratado como profesor de música y español en la universidad de San Francisco.

Bert se graduó de ese centro de estudios en 1972 en Ciencias Políticas y un año después regresó al país junto a sus padres. En 1973 fue contratado como profesor de inglés en la Universidad de El Salvador (UES) y en 1980 inició labores como traductor de periodistas extranjeros que masivamente llegaban al país a cubrir los sucesos del conflicto armado.

Bert habla de cómo llegó por casualidad a trabajar en el periodismo durante la guerra civil (1980-1992), de su tiempo en el ejército de Estados Unidos con el cual fue a la guerra de Vietnam en 1968 y la forma en que conoció al director de cine Oliver Stone quien quiso filmar en el país la película “Salvador”, pero debido al conflicto tuvo que hacerlo en el sur de México. Esos y otros temas recordó en varias amenas charlas.

Hoy de 71 años es sobreviviente de un infarto en 2009, que un año después le llevaron a sendas operaciones de corazón abierto y le fueron colocados tres marcapasos y en 2011 le descubrieron un cáncer de próstata que superó, sin contar los conflictos armados en los que fue testigo de primera fila. Esta es parte de su historia en sus palabras.


Bert Pacas en zona de Guerra


Bautizo bajo fuego en funerales de Monseñor Romero


“Una noche a fines de 1979 o quizá comienzos de 1980 tuve la casualidad de conocer a un sonidista de la cadena de televisión de Estados Unidos NBC News en el bar del hotel Camino Real, adonde yo acostumbraba llegar a emborracharme por esos días bastante violentos. Entre uno y otro trago conversé con Joe Valle. Luego de tomarnos varios y conversar de muchos temas, me dijo que la próxima vez que llegaran al país, pues con el equipo estaban cubriendo los sucesos de la lucha sandinista en Nicaragua, iba a proponer que me contrataran como intérprete.

Vinieron para el entierro de Monseñor (Oscar) Romero en marzo de 1980 cuando Centroamérica se estaba calentando. Él me contrató, me dijo venite y fuimos a cubrir los incidentes en catedral. Yo estaba a la par de Christ Dickey, quien cubría los sucesos para el diario The Washington Post, su papá era un novelista y poeta que escribió una novela de la que hicieron la película “Deliverance”. Con él estaba cuando comenzó el incidente, se oyó una bomba de propaganda y luego otra, después comenzó la balacera y nos metimos debajo de una ambulancia, cuando hubo chance nos metimos a catedral. Fue mi primera experiencia, mi bautizo bajo fuego, mi primer trabajo con NBC al lado de gente famosa, como el camarógrafo de origen polaco John Porembski.

Mike Silver, quien era el productor, me dijo después de que terminó todo que estaba complacido con mi trabajo y me ofreció empleo. Me pidieron ser su representante por 800 dólares al mes.

Phil Bremen era el corresponsal, un gran cabrón y por eso lo mandaron a Alemania. Conocí a Al Maldonado, el sonidista Joe Valle y a Porembski, les traduje todo. Había otro equipo para respaldar el trabajo de ellos y el equipo de Carlos Rosas Gaitán, a quien también conocí en el bar pues iba todas la noches a ese lugar, yo era bolo y me hice amigo de Joe, ganador de un Emmy, sin él no hubiera trabajado en NBC. En ese tiempo ibas al bar y alguien te pedía le tradujeras y así hice trabajos para alemanes, ingleses y de otros países.

Me dieron una habitación durante la semana que estuvieron y en ese momento no me llevaron a otras coberturas, un tiroteo en el centro, porque hacía llamadas telefónicas a Nueva York y otras para contactar fuentes o buscar transporte, eran actividades administrativas.

La próxima gran cobertura fue la ´ofensiva final´ del Fmln en enero de 1981, pero yo hacía puras labores administrativas, pues me creían viejo tenía 35 años y a la mayoría de colegas les llevaba de cinco a 15 años. Comencé tarde.


Su memoria le lleva a la matanza de cuatro religiosas estadounidenses en diciembre de 1980:

“Yo estuve cuando levantaron los cadáveres de las monjas, las tres y la trabajadora laica, y estaba el embajador Robert White que se lo llevaba el diablo…pero por esos días no se supo más de quienes habían sido los asesinos, hasta 1984 en que fueron condenados cinco guardias nacionales, quienes violaron a las tres monjas y a la trabajadora laica antes de matarlas y sepultarlas. Fueron crueles.

Estuve en medio de otras balaceras, con tremendo miedo que ni podía abrir la boca para hablar. Fui el primer salvadoreño para trabajar como intérprete con una cadena estadounidense y fui también fixer de 1980 a 1983. Solo unos combates y una matanza. Uno fue en la calle de Agua Caliente, en donde se enfrentaron guerrilleros y guardias nacionales, ahí murió un traductor, no recuerdo su nombre y ése fue mi segundo tiroteo en donde también hirieron a un fotógrafo (Joaquín Zúniga de diario El Mundo y colaborador de la agencia AP).


Hace una pausa mientras toma un sorbo de café. Sonríe y le pregunto qué era de su vida en esa hermosa ciudad de la bahía de San Francisco, la cual confiesa le encanta, pero que es muy cara para residir y más ahora que vive de una pensión del ejército y del Seguro Social. Recuerda su tiempo en las fuerza armadas estadounidenses, de su experiencia en la guerra de Vietnam.


Bert Pacas


Vietnam un crimen de guerra


“Estuve en Vietnam en 1968, tenía 22 años y fue el peor año, el más sangriento de la guerra para los gringos pues perdieron 14,000 hombres, el año más desastroso. El pueblo estadounidense se volvió en contra de la guerra y criticaron al presidente (Lyndon) Johnson. Y lo irónico es que no vi un solo cadáver, yo estaba en un área en donde procesábamos a la gente que entraba y salía del país, un centro de procesamiento.

Y contrario aquí vi una montaña de cadáveres, no siendo soldado y no participante de la guerra, esa fue la gran ironía de mi vida. En Vietnam, en donde murieron 58,000 gringos yo estaba ahí no vi un solo cadáver y aquí en El Salvador vi una montaña de cadáveres.

Yo estaba a 10 o 20 kilómetros, muy cerca de los combates que eran muy sangrientos, fue un lugar en donde murieron 58,000 soldados estadounidenses y de los vietnamitas fallecieron 3,0 millones, fue un crimen de guerra.

Yo me presenté come voluntario y escogí la carrera de oficinista. Era cuando te reclutaban que no te daban opción de escoger y te podían zampar en la infantería. Yo no fui maje. Estuve en Vietnam porque yo vivía en San Francisco desde 1953, mis papás se fueron a vivir 20 años. Mi educación fue desde cuarto grado hasta la universidad en San Francisco, estudie Ciencias Políticas.

En 1973 me regresé al país, nos regresamos con mis papás, y trabajé en la universidad de El Salvador como profesor de idiomas (inglés). Ahí, en el campo de la universidad nacional, si vi al menos un muerto, eran soldados vestidos de civil los que invadían. El ´chino´ Sam era el jefe de seguridad y era muy duro en el control de estudiantes y profesores luego de la ocupación militar en 1972. Por esos días, antes del inicio de la guerra en 1980, por la entrada a la Facultad de Derecho vi a un vigilante muerto y luego en esa misma facultad se agarraron a balazos con estudiantes, algunos organizados en grupos rebeldes.


Sonríe al recordar que fue a Vietnan como voluntario y pudo escoger el área en que quería participar, además su apariencia sigue siendo la de un intelectual o de un profesor jubilado.

Sigue con el café, mientras me dice que si recuerdo una de las masacres en Soyapango y que él tiene fresca la evocación por lo duro y triste que fue ver a las familias de una veintena de jóvenes que policías habían sacado de sus casas y acribillado a mansalva. Disfraza la pena del suceso con la exclusividad que obtuvo la cadena NBC.


La matanza en Soyapango


“Tuvimos una exclusiva en un lugar de Soyapango, hallaron un montón de muertos, más de 20, y fuimos los únicos de las cadenas de televisión en la cobertura. El sonidista y luego camarógrafo Rafael Magaña (muerto en Managua en marzo de 1988 en un accidente de tránsito) nos alertó. Me dijo: ´parece que ha habido una matazón´. Él trabajaba con Carlos Rosas quien tenía Telediario en canal 4 y le vendía materiales a NBC. Fue en abril de 1981, yendo sobre el bulevar del Ejército a la derecha de la fábrica (de zapatos) ADOC hacia la colonia Montecarmelo y otras en la zona. El camarógrafo era Harvey Reinsma y Phil Bremen el corresponsal, quien cuando llevaban los cadáveres al cementerio. Se puso enfrente y dijo: ´la policía no estuvo aquí en la mañana, pero la gente dijo que estuvo anoche´, magistral el cierre.

La gente dijo que los que mataron a los jóvenes eran de la policía de Hacienda y entrevistamos al coronel (Francisco) Morán, ´el chele Morán´ era el jefe de la Policía, no le gustó pues no estaba acostumbrado a que se le entrevistara. Tenía cara de asesino, el negó la matanza.

Fue la exclusiva más importante en los primeros años de la guerra. Nadie más llegó y nos extrañó. Después el productor de CBS trató de comprar material a Rosas y él le dijo que no, que era exclusivo de NBC, se puso bien perro con Carlos. Todos llegaban a la oficina a ver el video.

La historia se estaba volviendo la más importante para las cadenas televisivas estadounidenses el gobierno decía que habían perdido Nicaragua –victoria sandinistas- y no querían que se perdiera otro país en la región. Todas las cadenas y agencias nos establecimos en el segundo piso del hotel Camino Real porque comenzó a subir el interés por El Salvador. Debido a problemas con NBC, pues tenía relaciones desagradables con la periodista Bony Anderson, a quien se le subió el humo a la cabeza -estaba consumiendo mucha cocaína y se me hizo imposible trabajar con ella-, pero yo tuve la culpa pues también estaba tomando mucho. Me fui, pues no aguanté, y había una plaza con ABC para trabajar con Patricia Echeverría, fue en 1983 y me quedé hasta 1992 con ellos. La experiencia en NBC me sirvió para dar un buen servicio y les gustó mucho, era el que más experiencia tenía de los que trabajaban en las cadenas de televisión.


Bert Pacas


Exclusiva en ABC News: lugar y tiempo adecuado


“Dos días antes de las elecciones de 1984 fuimos al campo porque Godofredo Guedes con ´el Chicle´ (Rafael Mejía) quien tenía amigos en la Fuerza Aérea nos dijo vayan a un lugar en Cabañas. Cuando llegamos los periodistas que habían llegado se retiraron. El coronel Parker, era gemelo, me preguntó que si queríamos ver algo bueno que nos fuéramos con él ´vengan con nosotros´. En ese tiempo los coroneles sacaban a punta de pistola a los enviados y periodistas, porque decían que éramos comunistas, pero este muchacho fue increíble y nos llevó, porque los demás colegas se habían retirado del área, y Godofredo nos había dicho que iban a bombardear la zona. Mientras los otros habían ido ese día al aeropuerto de Ilopango a ver a un helicóptero de la Cruz Roja, jajaja, todo el día viendo un helicóptero. Y nosotros con el coronel Parker, de pronto le dijo al artillero que disparara una ráfaga y Javier Carrillo, nuestro camarógrafo, tuvo bastante tiempo junto a su sonidista Jorge González, para preparar la toma y la disparó antes solo para tener una buena toma. Fue increíble Parker, como Oliver Stone en sus películas…echaron ráfagas para nosotros ¡fue increíble! Abajo estaban los soldados y los guerrilleros en una de combates en Cabañas pero no recuerdo el nombre del pueblo.

Carrillo demostró su capacidad como camarógrafo, fue (por esos días) el mejor combate en televisión. Aviones ´rocketeando´, lanzando bombas, los soldados ametrallando, dos heridos y le hicimos las tomas. Increíble estar en el lugar adecuado en el tiempo adecuado. Los periodistas que estaban en el segundo piso del Camino Real en la habitación donde se monitoreaba todos los materiales al ver las tomas captadas comenzaron a aplaudir…CBS y NBC estaban que se los llevaba el diablo, ellos habían esperado todo el día por un helicóptero de la Cruz Roja jajaja...

Peter Arnett, de la cadena CNN, me dijo en el restaurante el siguiente día ´nos están poniendo nerviosos a todos´. Edith Coron, la francesa que tenía ese novio gringo, llegó cuando estaba acabando todo y vio lo que Carrillo hizo.

Eso me dio prestigio y me subió la autoestima, pues siempre la tenía muy baja y comencé a respetarme a mí mismo, y unos días después dejé de tomar, pensé que si sigo tomando me voy a perder todo, y me lo repetía. Ese tipo de trabajo me dio los mejores momentos en mi vida.

En 1985 con Carrillo de camarógrafo y otros compañeros, Alfredo ´el gorila´ nuestro chofer, estábamos en la carretera a San Vicente y vimos a unos soldados en unos promontorios de tierra y un policía de hacienda estaba caminando por esos abultamientos y pisó una mina, mientras Carrillo hacía tomas de un avión y giró la cámara hacia abajo y casi toma al policía cuando pisa la mina, llega el policía pidiendo agua, estaba todo negro por la explosión, fue otra exclusiva. Estuvimos a cinco metros, fue pura suerte. Estuve en tiroteos, pero otros estuvieron en más, creo que tú estuviste en más tiroteo. Esos fueron los triunfos en mi carrera en ABC News.

El fotógrafo James Natchwey, quien ganó el prestigioso premio Robert Capa por cinco años seguidos, nos dijo que para él fueron las mejores tomas de televisión que vio de la guerra en El Salvador y para que Natchwey dijera eso, que ha estado en lugares increíblemente peligrosos, era el mejor elogio al trabajo del equipo y en especial de Javier Carrillo.

Curiosamente casi no vi periodistas muertos o heridos, solo en marzo de 1984 al fotógrafo de Estados Unidos, John Hoagland en un combate en la carretera a Suchitoto.


En este momento aludió al director de cine estadounidense, Oliver Stone, galardonado con premios de la Academia, al que conoció por esos días y quien exploró en el país la posibilidad de filmar su película Salvador sobre esos años en que se inició la sangrienta guerra civil en el país. El tema le anima y sus ojos brillan cuando habla de Stone.


Oliver Stone y su intento fallido de filmar en El Salvador


“Richard Boyle estuvo en Camboya y escribió un libro del genocidio en ese país, vino aquí a probar su suerte como periodista. Intentó ser camarógrafo y llevó el video que había tomado al productor Don Critchfield, quien lo revisó, estaba todo oscuro (risas) como si estaba en un cuarto sin luz, no pudo hacer tomas. Lo arrestaron en el aeropuerto, no sé qué quiso hacer. Escribió para el diario de Mario Rosenthal, ´El Salvador News Gazzette´ y me dijo que a Mario no le había gustado lo que había escrito. Fracasó como escritor como camarógrafo y, aunque nunca escuché sus envíos para radio, pero al parecer tampoco lo pudo hacer. Fue un fracaso. En mi opinión el peor periodista extranjero en El Salvador. Se va del país, pero regresa con el director de cine Oliver Stone, lo había convencido que aquí había una buena historia para una película, no sé cómo lo logró…

Para ser sincero yo siempre atendí bien a Richard, pues no era mala gente, era loco jajajaja. Fue por 1985 en que vino. Llegó a la oficina de ABC con Stone, que me pareció muy buena gente, había sido condecorado por valor en Vietnam y me pidió poner una oficina para contratar extras y le conseguí secretaria. Comenzaron a entrevistar gente para la película y me dijo que me iba a dar una participación en la película. Estaba ahí cuando mataron a Cienfuegos (coronel Ricardo Cienfuegos, jefe del Coprefa –Comité de Prensa de la Fuerza Armada- el 8 de marzo 1985) y después de eso Stone le dijo a Boyle que era muy peligroso aquí y le dijo vámonos a otro país.

Estuvo aquí más de dos semanas. Ya había filmado Platoon y era famoso. La razón para no hacer aquí la película fue porque le dio miedo a Oliver Stone, siendo él un soldado muy valiente en Vietnam. Él fue a pedir permisos al Estado Mayor y se los dieron, lo que lo detuvo a él fue la muerte de Cienfuegos y en la película apareció el mayor Max, como (Roberto) d´Aubuisson y salió él, Richard Boyle, como héroe discutiendo con d´Aubuisson. Boyle te prestaba dinero, se auto invitaba a un almuerzo cuando no estaba invitado jajajaja. Era desagradable, aunque a mí me cayó bien porque era inofensivo, pero a la mayoría les caía mal por su actitud.

En la película era el asesor de Oliver Stone y aquí todo mundo lo conocía como ´rasquín´ porque siempre tenía picazón en la piel, parece que no le gustaba bañarse, pero se volvió una celebridad con esa película de Stone.


Bert va recordando cada vez más los sucesos, de la experiencia con los periodistas, de las fiestas, de los conductores que eran unos personajes que por esos días ganaban una fortuna, pues les pagaban 100 dólares diarios y quienes habían comenzado con taxis desvencijados por esos días compraron camionetas con aire acondicionado para 12 pasajeros y hacer menos cansados los viajes a zonas de guerra y que en algunas ocasiones ponían en peligro sus vidas ante agresivos retenes militares o combates entre soldados y guerrilleros.

Sus recuerdos le llevan al trabajo profesional de los enviados especiales, de las luchas por las audiencias televisivas en Estados Unidos y de la búsqueda de la verdad.


Independencia de las cadenas de televisión de EEUU y el adiós al trabajo


“La televisión siempre daba ambas partes de la historia, eran los medios más agresivos en todas las coberturas de la guerra en El Salvador. Pusimos lo que hacía el ejército en acciones sangrientas de guerra, y nos tenían como enemigos. Aunque la cobertura de las cadenas de televisión eran las más objetivas siempre intentábamos entrevistar a ambos lados.

Por ejemplo con lo de la policía de Hacienda fuimos a entrevistar a Morán, su director -con cara de asesino-, aunque no le gustó dijo lo que le convenía al cuerpo de seguridad.

Cuando vinieron los ´Soldiers of Fortune´, el corresponsal John Quiñonez los entrevistó y dijo que eran ´los soldados de mala fortuna´. Me di cuenta que los corresponsales hicieron esfuerzos por mostrar a ambas partes del conflicto a pesar de las dificultades. A pesar de que el 80 por ciento de los periodistas aquí apoyaban a la izquierda, esa es mi impresión.

Joan (Juanita) Ambrose Newton, quien laboraba para varios medios entre ellos NBC Radio, BBC de Londres y el diario inglés The Guardian, fue expulsada del país por esa razón, por apoyar a la izquierda alzada en armas, según se le acusara.

Las cadenas ABC, NBC y CBS enviaron a sus mejores corresponsales. John Quiñónez de ABC, Dan Rather de CBS, el mejor pagado en ese tiempo y NBC envió a Tom Brokaw. Todas eran sus mejores cartas y lo hacían en vivo desde el hotel Camino Real, a veces peleando desde aquí el ´rating´.

La historia más importante de ésa época fueron las elecciones de la Asamblea en 1982, porque era la primera elección luego del golpe de estado en octubre de 1979. El mayor Roberto d´Aubuisson de Arena fue presidente de la Asamblea. Creo que hubo más interés que las elecciones que en 1984 ganó Napoleón Duarte con el PDC y las de 1989 que triunfó Alfredo Cristiani.

1989 fue un año increíble, surtido de noticias, pues pese a que cayó el muro de Berlín el Fmln lanzó su ofensiva más grande durante los años de la guerra y hubo combates en las ciudades más importantes, especialmente la capital. Hubo mucho nerviosismo del gobierno y el ejército, y quizá por eso mataron a los Jesuitas.

Por esos días de la ofensiva en una cobertura de combates en la capital lanzaron una granada que explotó muy cerca de mí y el equipo de televisión que acompañaba, pero salimos sin rasguños de pura suerte.

Todas las cadenas de televisión mandaron también a su mejor gente, corresponsales conocidos y productores famosos estuvieron en el país para cubrir los combates entre la guerrilla y el ejército en la misma capital, que fueron los últimos estertores del monstruo de la sangrienta violencia y en la que no hubo vencedores, solo víctimas.

Con el fin de la guerra en 1992 los de ABC cerraron sus oficinas en San Salvador, mi último día de trabajo fue cuando comenzó el cese de fuego el 1 de febrero de 1992. Los archivos fueron a Miami y Nueva York.


Y así entre tristezas y alegrías por haber sido testigo de conflictos y haberlos sobrevivido, Bert casi termina alguna de las varias tazas de café que tomamos en cafeterías de San Salvador, sin dejar uno de sus gruesos libros que lee cada vez que puede en el ambiente ruidoso. Pero otra vez recuerda:

“El momento que estuve más cerca de la muerte fue cuando las balas pasaron silbando cerca de mi cabeza…fue en la carretera a Suchitoto en 1985. Fue horroroso, cinco o seis balas zumbaron y algunas esquirlas a nuestros pies y todos al piso, con el corazón palpitando aceleradamente, pero sobrevivimos.

Tiene recuerdos que vuelven junto a una sonrisa, pues hubo momentos alegres, aunque casi nunca participó en ruidosas y largas fiestas, de seis de la tarde a seis de la mañana cuando terminaba el toque de queda del ejército, estuvo en momentos agradables con colaboradores, reporteros, ayudantes, traductores y las estrellas rutilantes del firmamento de la televisión estadounidense.

“En el segundo piso del hotel muchos buscaban la forma de divertirse y una de ellas era los desfiles de putas y se armaban los festejos. Yo estuve en algunos de ellos…jajaja, fueron buenos y en varias noches. Algunos amigos del mismo hotel nos conseguían a las muchachas.

Ah pero también hubo tensiones, como el día en que Miguel Real, otro colega camarógrafo mexicano, se puso nervioso insultando a militares y a todo el que se le ponía enfrente, curiosamente ´el gorila´ le pegó un pequeño puñetazo que le hicieron volver a la realidad y se calmó.

También fue agradable que Maite Galeano, quien había llegado como traductora, se desarrollara como la primera mujer camarógrafa y aunque había varias mujeres salvadoreñas y extranjeras que con valentía hacían periodismo, solo ella tomó esa pesada cámara de casi 35 libras y con ella al hombro andaba en medio de todos.


Los últimos años de mi carrera no fueron muy buenos, 1989 durante la ofensiva del Fmln murió mi padre a los 84 años, mientras un avión sobrevolaba la zona de la Universidad nacional por donde residíamos. En 2012 murió mi mamá a los 96 años y fue una gran pérdida…”


*Bert Pacas es graduado en Ciencias Políticas por la Universidad de San Francisco en 1972. Fue profesor de inglés en UES, productor de campo y traductor de las cadenas de televisión NBC y ABC News en la guerra civil de El Salvador de 1980 a 1992. Fue profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Tecnológica. Actualmente, con 71 años, está retirado.

Título agradable

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