Rafa se queda…

No Rafa, no fue fácil saber que te marchaste. Michelle, tu esposa, avisó por vos y el mensaje de personal pasó a colectivo y muchos, como yo, extrañados por esa salida tuya intempestiva.

Ralph Sprenkels, un historiador y antropólogo con amplia experiencia académica y práctica en América Latina, investigó violaciones a derechos humanos y fue cofundador junto al sacerdote jesuita Jon Cortina de la Asociación Pro-Búsqueda de Niñas y Niños Desaparecidos durante el conflicto armado en El Salvador el 20 de agosto de 1994.

Cuando leí la despedida de Michelle junto a los hijos de ambos Tamara y Simón, no creí en que te habías marchado, no lo creo, no te has ido estás con ellos, con nosotros, con todos los que te conocimos y compartimos tu alegría por la vida, tu amor por la familia y tu entusiasmo por hacerlo todo bien, y lo hiciste.

Sprenkels estudió Filosofía en la Universidad de Amsterdam e Historia en la de Guadalajara, después obtuvo una maestría en estudios latinoamericanos en la misma de Amsterdam y un doctorado en ciencias sociales en la de Utrecht en 2004. En esa universidad era maestro cuando le sobrevino un furtivo ataque al corazón al cual se resistió varios días, pero sucumbió el 14 de septiembre pasado.

Rafa, un hombre de altura en todo sentido, desde su estatura física y por sus altos niveles académicos y su humildad, rasgos que le llevaron a identificarse con los que sufren, y por eso se animó a contribuir a la fundación de Pro-Búsqueda que en poco más de 25 años logró reencontrar a cientos de personas que desaparecieron durante su niñez entre 1980 y 1991. Y Rafa estuvo ahí con el padre Cortina y 860 familiares de los niños desaparecidos en la brutal guerra civil.

Ralph Sprenkels “posee una amplia experiencia laboral en el campo del activismo político, los derechos humanos y la cooperación internacional. Sus publicaciones incluyen libros y artículos sobre la guerra civil de El Salvador, los derechos humanos, los movimientos sociales, la política de la memoria y la post-insurgencia”, dice el sitio Academia sobre su notable trabajo académico.

Rafa, no recuerdo cómo llegamos a conocernos. Quizá fue en ese trabajo tuyo de promover los reencuentros de los niños y el mío de buscar la información, aunque luego Iván Castro, amigo mutuo, me aclaró que fue quien nos presentó, ya no sé cómo, pero pronto estábamos compartiendo mucho de la vida, el trabajo y en escaso tiempo compartíamos el fútbol en el equipo de Prensa Internacional.

“Y si vos, yo lo llevé...y en el fut me recuerdo que hasta le cambié el nombre por Rafa Calles, o Rafa Street, para el que no pudiera pronunciar su apellido y no anduviera preguntando... De todas maneras éramos o nos sentíamos eso, calle para andar, para caminar tras los sueños…”, me escribió en un correo en el que además concluimos en el impacto que causó tu partida.

Las investigaciones de Ralph Sprenkels se basaron en la búsqueda de las huellas de guerras y conflictos prolongados en los órdenes políticos en las sociedades no occidentales, dice parte de su perfil en la página de la Universidad de Utrecht.

Te acordás Rafa, que jugábamos fútbol en diversas canchas como la de la Constancia en Soyapango, el estadio Cuscatlán, en el que nos enfrentábamos al de los colegas deportivos comandados por el buen amigo narrador y comentarista de Radio YSKL, Sergio Rodríguez, hasta un torneo de papi fútbol en una cancha de las Aldeas Infantiles SOS en Santa Tecla en donde varias veces comentamos la forma en que esa institución se involucró en los casos de niños arrebatados en la guerra civil.

Sprenkels, agrega la Universidad Utrecht, “aborda tanto la forma en que las instituciones en tiempos de guerra se trasladan a los órdenes políticos de la posguerra y cómo las luchas en curso sobre los legados y las deudas imputadas de la guerra forman un elemento constitutivo de la política de posguerra”.

En el equipo, Rafa, fuiste muy querido y respetado, no solo por tu prestancia en jugar fútbol, también por tu carácter humano, y muchos te recuerdan por la forma recia en que lo practicabas, así como tu avidez por jugar cada semana y puntualidad.

Ralph escribió varios libros como La revolución revisitada, La justicia transicional en perspectiva comparada: Centroamérica y México, y el más reciente Después de la insurgencia: Revolución y políticas electorales en El Salvador.

Y lo de Rafa fue más que fútbol: conectamos en lo personal y profesional, charlábamos a veces con un café, un diálogo, una comida o alguna de las fiestas que armábamos en mi casa, allá al final de la Juan Pablo II, y a la que pronto se unió Michelle.

Sprenkels promueve su trabajo a través de temas de investigación interconectados como la reconversión de grupos armados a partidos políticos y otras instituciones; los ex actores armados, política de memoria y justicia transicional; y la movilización política de veteranos de guerra, agrega Utrecht.

Y después que nacieron sus hijos Tamara y Simón, seguiste llegando con Michelle hasta que anunciaron que se iban para Holanda y que las puertas de su casa estaban abiertas cuando quisiéramos, pues sabías que muchos familiares de apellido Barrera residen en Milán y Turín, al norte de Italia.

Según Utrech el trabajo de Sprenkels “combina una amplia gama de métodos cualitativos, que incluyen etnografía política, etnografía visual, métodos de curso de vida, prosopografía e historia oral. Se basa en una amplia cooperación con investigadores en el Norte Global y el Sur Global”, o sea una actividad muy académica y profunda para entender realidades agobiantes como el caso de El Salvador.

Rafa, recuerdo la última vez que nos vimos, unos meses atrás cuando llegaste al país para realizar investigaciones sobre la Matanza de El Mozote, y nos fuimos a un sitio de ceviches y cocteles cerca de la UCA. Hablamos de muchas cosas personales, de mi caso de residir en Estados Unidos, lo cual no creíste, y sobre todo de porqué estar separados en el matrimonio, aunque sea temporal.

Mi esposa Reina y yo separados en ese momento por el proceso de residencia en Estados Unidos, tan difícil hoy para nuestros compatriotas por la políticas migratorias y me preguntaste ¿cómo lo soportaba? “Yo no puedo estar separado de Michelle y los niños”, me dijiste y sonreímos.

Y no lo estás Rafa, no te has ido, estás con tu familia y nosotros los que apreciamos tus virtudes, inteligencia y dedicación, y te queremos por tu enorme calidad humana.